¿Funciona la terapia de pareja?

¿Funciona la terapia de pareja?

La terapia de pareja es, desde hace bastantes años, un tipo de ayuda terapéutica en constante evolución y cada vez más solicitada. Hay varios factores que hacen que sea así, ya pasaron los tiempos en los que casi era una rareza dentro de las terapias y que se derivaba también de la propia terapia individual o familiar. Hoy es ampliamente usada y es muy común que las parejas acudan a terapia de pareja, que lo consideren, o conozcan a alguna pareja que ya lo ha hecho.

¿Por qué se hace cada vez más terapia de pareja?

Además de los motivos particulares de cada pareja hay varios factores generales. Uno de ellos es el concepto de pareja, que ha variado a lo largo de la historia:
– Hace siglos la pareja se basaba en el matrimonio, en fundar una familia o en temas económicos o de reputación, de clanes.
– Sólo hará unos dos siglos el amor romántico podía ser el motivo primordial. 

– Desde hace no muchos años se puede aspirar incluso a algo más. La búsqueda de la plenitud como sujeto y miembro de la pareja. Es decir, la búsqueda de equilibrio entre lo individual y lo compartido. La unión plena y sentimiento de conexión con algo mayor.

Lo que,  a menudo, conlleva  el inicio o la continuación de una búsqueda personal/espiritual más profunda. Y no es extraño entonces que aparezcan las dudas, las expectativas elevadas y frustraciones por TODO lo que la persona piensa que ha de aportar la pareja.

Si en generaciones anteriores era muy común que se tuvieran pocas parejas  y éstas durasen casi toda la edad adulta, hoy todos conocemos muchos casos de parejas (o matrimonios) que rompen con y sin hijos. Hay un gran malestar, quejas, dentro de un mundo que parece ser cambiante a una velocidad que no da tiempo a la reflexión, a la introspección… ni al compromiso.
Fenómenos como el ghosting, (antes era: se fue a por tabaco y no volvió)....o sea desaparecer de repente sin dar explicaciones, las relaciones virtuales o el culto a la imagen (y a la autoimagen) de las redes sociales son reflejo de un sociedad caprichosa e infantilizada.

Tan válida y respetable es la decisión de estar en pareja, en solitario como quien solapa una pareja con la siguiente. Pero también es muy común que la persona que está sola no lo esté por gusto y quien cambia de pareja continuamente lo haga porque sea incapaz de estar consigo misma. Por eso «huir» del compromiso de la relación no siempre es la mejor solución.

Por otra parte, en la expectativa elevada de lo que pueda representar la pareja, también puede aparecer un espacio de crecimiento y ver en la terapia de pareja un sitio seguro donde resolver y sanar cuestiones internas. Aprender a responsabilizarse y dejar de huir de uno mismo. La pareja es el espejo que refleja las sombras internas. Y ahí aparecen los miedos, las culpas, la historia familiar y los patrones que han condicionado, de forma más o menos consciente  a la persona.

La búsqueda en la pareja

Más allá del enamoramiento inicial y el desequilibrio hormonal que es temporal hay algunas experiencias que son más duraderas y que pueden ser parte de la búsqueda en la pareja.
Por otra parte, es totalmente ilusorio pensar que se pueden evitar los conflictos y malos momentos, son parte de la vida y de la relación auténtica y profunda.
Algunas de las sensaciones más profundas y duraderas que se experimentan en una buena relación de pareja:
– un sentimiento de ser parte de algo mayor (salir de uno mismo)
– …al tiempo que se puede sentir ser más uno mismo y auténtico
– una nueva sensación de fuerza y paz
– no temer a lo desconocido
–  ver el mundo con nuevos ojos
– sentirse bendecido
– sensación de la vida como mágica.

¿Cómo funciona la terapia de pareja?

Siendo dos personas con dos visiones del mundo únicas hay múltiples factores que afectan directa o indirectamente la relación.
Muchas veces se señala al tipo de apego como «responsable» y se puede ver en las dinámicas que se suceden en las parejas, pero incluso esos tipos de apego no son estables y cambian con el tiempo y a lo largo de la relación.
La empatía, el mundo relacional de cada miembro, los proyectos, la gestión emocional, la capacidad de ilusionarse, la sexualidad, el respeto, la crianza (si hay hijos) o mantener los espacios personales y compartidos.
No se trata simplemente de que el terapeuta haga de mediador en el conflicto de la pareja. Sino que la pareja pueda evolucionar de la mejor forma, adquiriendo herramientas para gestionar los conflictos cuando surjan y recupere valores, ilusión, conexión y apoyo mutuos.

Básicamente hay una doble vía terapéutica que es reducir la angustia de la pareja y promover  la conexión, la intimidad y la satisfacción dentro de la relación. Contar no sólo con herramientas para el día a día sino un espacio seguro para compartir y confrontar cuestiones complicadas. Para ello es clave la honestidad de ambos y del terapeuta y poder disponer de algún espacio individual, contando con esa confianza que se pueda establecer para que la terapia de pareja sea un lugar sagrado. Uno de los pensamientos comunes que se detectan en momentos críticos de la relación es…¿cómo hemos llegado a esto? asociado a una sensación de irrealidad. Y también es común pensar que «ya es demasiado tarde» o si servirá.

También muchas parejas piensan que es la mejor decisión que han tomado.

Y funciona, a mi me cambió la perspectiva con el testimonio de una pareja de amigos. Yo era totalmente incrédulo (antes de ser terapeuta) pensaba que si una relación se tenía que acabar la terapia no serviría de nada. Esta pareja de amigos resolvieron sus conflictos y años después de hacer terapia seguían más unidos que nunca. Luego personalmente  y como terapeuta lo veo continuamente.

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