Feliz Navidad (a veces)

Feliz Navidad (a veces)

Hay tres fechas o épocas del año que son importantes desde el punto de vista psicológico. Y por las cuales siempre pregunto a mis clientes: vacaciones, cumpleaños y navidades. Todas tienen algo en común y es que son momentos de celebración y alegría para algunas personas, pero también de malestar o tristeza para otras. Son momentos en los que la persona se mira más dentro y lo que tiene alrededor, es más consciente de lo que tiene y lo que le falta. Y eso conlleva que pueden ser momentos críticos. Y las navidades son las que menos desapercibidas pasan.

Claro que para otras personas son fechas de celebración y alegría: reuniones con la familia, amigos, gente que no ves el resto del año, recuerdos de la infancia, o compartirlo con tus hijos si los tienes. La época del frío y el recogimiento en el hogar. Todo eso está muy bien, si lo tienes. Pero si no, si te faltan este tipo de relaciones, si hay conflictos familiares, pérdidas no procesadas, o no hay relaciones de amistad íntimas e importantes, pueden convertirse en una época del año difícil de transitar.

En una sociedad extremadamente materialista, también puede ser un problema añadido tener problemas económicos, ese es uno de las grandes valores que se transmiten; el consumismo ultra. Pero también la norma social de alegría, sonríe, regala, y cenas a lo grande. Pero sobre todo con quiénes compartes estas fiestas. Y a muchas personas eso les supone un golpe, un dolor, que se repite todos los años. Las que no llevan bien la soledad y les ha venido impuesta. O las que no están satisfechas en su vida, no procesaron una pérdida, etc. 

Salvo la psicología implacable y dura de la felicidad, que la hay, la que culpa a los que “no tienen motivos para sentirse tristes” la de los parches y mensajes vacíos, es un momento también de empatía y de comprender a los que no tienen nada que celebrar. O en vacaciones no tienen motivación y no hacen nada (hay que viajar) o en cumpleaños no tienen con quién celebrar o pasan por un mal momento.

A mí, personalmente sí me gustan y las celebro. Pero algunos años también las ha vivido peores. Y echo de menos tomar algunos vinos con unos o llamadas o tiempo compartido con otros, no todo es perfecto. Agradecido por el tiempo que compartí con algunas personas, lo que vivo ahora y por poder ayudar también a otras personas que confían en lo que hago.

Aprovechando que escribo sobre estas fiestas, recordar el origen de estas fiestas, que no es el de la tradición cristiana (como muchas otras fiestas que se han apropiado) sino conectada con los ritmos de la naturaleza, en este caso la festividad de Yule, en el solsticio de invierno del día 21. Y que tiene que ver más con estos ciclos y lo que simbolizan, conectar con esto también puede ser muy positivo. Con la naturaleza, los elementos, los astros.

Stonehenge

Esta pérdida de conexión con la naturaleza y sus símbolos tienen que ver también con la pérdida de sentido y valores. La vida de asfalto y luces artificiales, por espectaculares que sean, no están vivas. Pero este es otro tema, la influencia de la naturaleza y el estilo de vida, del que ya hablaré en otro artículo.

Decorar el árbol es una tradición milenaria, y todo un símbolo, asociado a la prosperidad del hogar y el calor del invierno.

Que paséis buenas fiestas, lo celebréis o no

 

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